dilluns, 23 d’abril del 2007

Estambul. Ciudad y recuerdos, Orhan Pamuk

Estambul no es un libro de ficción, es el único que no lo es en la obra de Pamuk, un escritor honesto que todavía escribe a mano y cree en una Europa como no somos capaces de imaginarla aún los europeos.
De Estambul, su ciudad natal, hace el escritor una cruda disección hasta retratar su esencia. Descubre el ánimo melancólico que domina a sus habitantes, espíritu anímico que en turco llaman “hüzün”, esa amarga pesadumbre vital que los gallegos llaman morriña y los portugueses saudade.
El Bósforo se halla siempre presente en el libro, un estrecho que comunica mares y distancia continentes. Separa también la ciudad en dos partes, como se separa el alma humana en dos mitades y la cultura promediada entre Oriente y Occidente.

Estambul es Pamuk y Pamuk es Estambul, describe sus calles, su vida, sus habitantes, su familia, sus miedos y complejos, sus tribulaciones y cuitas de cuna. Da cuenta de las casas de madera y los antiguos palacios en barrios decadentes, sus costumbres, el eterno dilema turco-fronterizo que asegura se refleja en los estambulíes, en forma de pueblo, raza, religión y cultura.